el cáncer y entender cómo éstos interaccionan con sus objetivos: las células enfermas, lo que servirá para identificar las claves principales necesarias para diseñar racionalmente la próxima generación de tratamientos súper eficientes dirigidos contra el cáncer.
“Los nanomateriales tienen un gran potencial como terapias contra el cáncer, porque los sistemas de liberación de fármacos basados en nanotecnología pueden identificar con precisión los marcadores moleculares de una enfermedad y atacar solo la población de células patógenas, sin dañar las células sanas”, explica Lorenzo. “Sin embargo, aún no se ha aprobado el uso de nanomateriales específicos para uso clínico, porque no se sabe cómo estos materiales -que pueden ser estructuras autoensambladas como nanopartículas y nanofibras- se comportan y reaccionan con su entorno una vez que están en el organismo”.
El grupo de Lorenzo en el IBEC alberga un microscopio estocástico de reconstrucción óptica (STORM), que ofrece imágenes de alta resolución sin precedentes, incluso a escala nanométrica. El proyecto NANOSTORM planea utilizar STORM para crear nuevos nanomateriales sintetizados en un entorno biológicos, revelando por primera vez sus interacciones con tejidos sanos y tumorales a nivel de una sola molécula.
“Si podemos ver cómo responden las nanopartículas en el organismo, estaremos mucho más cerca de poder diseñar mejores fármacos dirigidos mucho más eficaces contra el cáncer”, dice Lorenzo. “NANOSTORM se centrará en cáncer de próstata, pero sus principios de imágenes de alta resolución de estructuras subcelulares serán aplicables a todo tipo de cáncer”.
Con esta ERC, el IBEC ya cuenta con un total de 12.
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