En su laboratorio tienen un objetivo súper ambicioso: generar células, tejidos y eventualmente órganos para restaurar aquellas funciones que se han perdido, ya sea por envejecimiento o por enfermedad.
Para ello, trabajan con animales que tienen la capacidad de regeneración, como el pez zebra o la rana.
Para poder algún día, regenerar tejido o incluso crear órganos funcionales, trabajan con unas células únicas: las células madre embrionarias. Éstas pueden diferenciarse y convertirse en cualquier tipo de célula de nuestro organismo.
Hasta el momento, en su laboratorio han podido generar micro-organoides, estructuras complejas que se parecen a los órganos. Estos organoides servirán para responder preguntas sobre cómo funcionan las enfermedades o cómo generar tejidos.
Las células están gobernadas por señales físicas que dictan su buen comportamiento Gracias a la ingeniería de tejidos, se pueden crear hidrogeles (materiales) que se parecen mucho a las instrucciones físicas que las células reciben en el tejido humano en el que se encuentran. En estos geles se pueden poner estas células, y así han podido generar micro-rinyones.
Los órganos están rodeados de una matriz extra-celular, en el laboratorio han podido extraer todas las células y dejar esta matriz como «una camisa blanca», y esta matriz la convierten en tinta para la bio-impresora 3D, y les ha permitido hacer mini-riñones. Esto se puede aplicar a otro tipo de órganos y estructuras, como por ejemplo poder crear un organoide de corazón.
El siguiente paso es pensar a gran escala y poder, algún día, crear órganos y tejidos a partir de células madre.
Como punto y final a su ponencia, Núria Montserrat, animó al joven público a rodearse de gente que hagan cosas muy diferentes y así nos aporten una visión multidisciplinar y les aconsejó no dejar de lado las humanidades, para poder plantearse las preguntas de otra manera y ganar pensamiento crítico.
Podéis ver su ponencia a partir de 3:24:00 aquí
