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Una rehabilitación de alta intensidad impulsa la recuperación después de un ictus

Imagen: Paciente de ictus durante una sesión de rehabilitación con el Sistema de Juegos de Rehabilitación del IBEC (siglas en inglés: RGS) en el Hospital SJDD (Parc Sanitari, San Boi). Cortesía del proyecto europeo RGS @ home https://rgs-at-home.eu/
El ictus, o accidente cerebrovascular, es una de las principales causas de muerte y discapacidad en adultos en todo el mundo. La terapia de rehabilitación es actualmente una de las mejores opciones que tienen los pacientes para ayudar a recuperar la función motora perdida. Si bien varios estudios en las últimas décadas han señalado los beneficios de comenzar la terapia de forma temprana, dentro de los 6 meses posteriores a un accidente cerebrovascular, existe un debate entre la comunidad médica sobre cuán intensivo debería ser exactamente. Además, las pautas sanitarias actuales en muchas partes del mundo todavía dictan que la rehabilitación no debe comenzar muy pronto después de un accidente cerebrovascular (primeras 1-2 semanas), que la duración de cada sesión individual debe ser corta y que los pacientes deben ser dados de alta temprano. 

Sin embargo, los resultados de un nuevo estudio publicado en la revista Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry demuestran los abrumadores beneficios de la rehabilitación de alta intensidad – en oposición a la de baja intensidad- reafirmando, además,  las ventajas conocidas de un inicio temprano de la rehabilitación después de un ictus. El estudio ha sido liderado por el Profesor de Investigación ICREA Paul Verschure y Belén Rubio Ballester, respectivamente líder de grupo e investigadora postdoctoral del Grupo de Sistemas Sintéticos, Perceptivos, Emotivos y Cognitivos (SPECS) del IBEC, en colaboración con Nick S. Ward de la UCL. 

Terapia intensiva para mejores resultados 

Los investigadores compararon los resultados de dos estudios independientes de rehabilitación en los que participaron un total de 455 pacientes de accidente cerebrovascular que habían perdido parte de la función motora de los brazos. En el primer estudio, llamado Queen Square Upper Limb Neurorehabilitation y realizado por UCL, se llevó a cabo un programa de rehabilitación de 3 semanas, con 6 horas de terapia por día (o aproximadamente 90 horas en total). En el segundo estudio, con el Sistema de Juegos de Rehabilitación del IBEC, los pacientes siguieron un programa de 3 a 12 semanas en el que recibieron solo de 20 a 30 minutos de terapia por día (de 7,5 a 30 horas en total). En este el último grupo, los pacientes recibieron terapia convencional o rehabilitación basada en realidad virtual. 

Midiendo la tasa de mejora semanal de cada paciente en relación a su respectivo potencial de recuperación, encontraron que la recuperación de aquellos que recibieron 6 horas de terapia por día fue significativamente mayor que aquellos que recibieron solo de 20 a 30 minutos. Sus resultados también respaldaron hallazgos previos de que las ventajas de la rehabilitación disminuyen cuanto más tarde comienza la terapia después de un accidente cerebrovascular. A pesar de esto, observaron que los beneficios de recibir terapia de alta intensidad fueron suficientes para superar los efectos perjudiciales de un inicio tardío en la rehabilitación 

“Estos resultados nos muestran que los estándares de atención que ofrecen muchos sistemas de salud deben volver a analizarse”, explica Belén Rubio Ballester, primera autora del estudio. “Si bien los beneficios de la terapia de alta intensidad son claros, queda una pregunta clave: ¿cómo la podemos implementar en nuestros sistemas de salud? Una posible respuesta es a través de sistemas de rehabilitación basados en realidad virtual que permitan a los pacientes hacer terapia en casa, como los que estamos desarrollando en el grupo SPECS”. 

Finalmente, los investigadores predicen que los pacientes que recibieron terapia de alta intensidad habrían mostrado mejoras aún mayores si la duración de su programa se hubiera prolongado durante más de 3 semanas. “Muchos protocolos siguen una ventana de recuperación de 3 a 6 meses, pero creemos que en realidad podría ser mucho más larga, quizás incluso años”, concluye Rubio Ballester. Futuros estudios deberán confirmar este fenómeno. 

Nuestros resultados demostraron los claros beneficios de los programas de rehabilitación de alta intensidad y con un inicio temprano para pacientes de accidente cerebrovascular, y nos sugieren que se debe volver a analizar el estándar de tratamiento ofrecido por muchos sistemas de salud.

Belén Rubio Ballester, primera autora del estudio.



Artículo de referencia:  

Belén Rubio Ballester, Nick S. Ward, Fran Brander, Martina Maier, Kate Kelly and Paul F.M.J. Verschure. Relationship between intensity and recovery in post-stroke rehabilitation: a retrospective analysis J Neurology, Neurosurgery, and Psychiatry, 2021.