Se trata de una nariz electrónica portátil (e-nose) que es prácticamente tan afilada como una nariz humana. Junto con un dron, la ligera e-nose es capaz de medir la concentración de distintos olores, predecir su intensidad y elaborar un mapa de estos en tiempo real para su gestión.
No debemos subestimar el impacto en la calidad de vida de las personas que rodean estas instalaciones, además de las consecuencias físicas y psicológicas de estar expuestos a malos olores.
Santiago Marco, investigador principal del IBEC
Podeis leer los impactos en los medios aqui:
- La Gaceta de Salamanca (PDF)
- La Vanguardia
- La Sexta – TecnoXplora
- eldiario.es
- 20 minutos
- sinc
- BioTech
- EurekaAlert
- abc
- Europa Press
- el Universo
- Diari de Barcelona
- NoticiasDe
También podeis escuchar la aparición en Cadena Cope: