Las células se mueven en grupo hacia tejidos rígidos
El nuevo fenómeno, llamado durotaxis colectiva, abre nuevas vías para controlar la expansión tumoral y para mejorar la cicatrización de heridas.
Un equipo de investigación liderado por Pau Gorostiza, del Instituto de Bioingeniería de Cataluña -IBEC- (Centro de Excelencia «Severo Ochoa»), y Amadeu Llebaria, del Instituto de Química Avanzada de Cataluña (IQAC) del CSIC, ha desarrollado unas moléculas que pueden ser aplicadas como prótesis moleculares reguladas por luz para ayudar a restaurar la visión en los casos de degeneración de retina.
Los investigadores han encontrado una forma de reducir la formación de los grumos naturales que se producen cuando se introduce a las micobacterias, que poseen un alto contenido de lípidos en sus paredes, en las soluciones acuosas que habitualmente se utilizan para la instilación intravesical
Recientemente el IBEC se ha convertido en el hogar de la primera bioimpresora 3D de Cataluña, que promete abrir nuevas vías en el campo de la regeneración de tejidos y órganos. Sin embargo, en una colaboración con la UPF, el CINVESTAV-Monterrey, en México, y la Universidad de Washington, los científicos con sede en Barcelona, desarrollaron una nueva forma de producir dispositivos microfluídicos – sistemas en que obtienen bajos volúmenes de fluidos.
El estudio, publicado en la revista Light: Science & Applications, del grupo editorial Nature, revela por primera vez, que la iluminación con longitudes de onda más largas implica una menor dispersión de los fotones que viajan a través de los tejidos.
El estudio, publicado recientemente en la revista Biomaterials, describe cómo los investigadores han descelularizado corazones humanos calificados como «no aptos para el trasplante» por la Organización Nacional de Trasplantes, dejando la matriz extracelular intacta y libre de células, y a continuación, la han repoblado con células cardíacas obtenidas a partir de técnicas de edición del genoma en células madres pluripotentes humanas (hPSCs) (células no diferenciadas, a partir de las cuales se pueden desarrollar otros tipos celulares). Las células madre pluripotentes son cruciales para este proceso, ya que el cuerpo no es capaz de generar nuevas células cardíacas tras un ataque al corazón u otro tipo de daño cardíaco.
Cuando el parásito de la malaria entra en el torrente sanguíneo, invade las células del hígado para producir miles de merozoítos (una fase del ciclo de vida del parásito Plasmodium). Dichos merozoítos vuelven a incorporarse al torrente, donde infectan los glóbulos rojos y logran escapar a la vigilancia del sistema inmunitario.
La mayoría de las cepas bacterianas de E. coli se encuentran de forma natural en el intestino humano y no suponen ningún riesgo para la salud, a excepción de determinados tipos de estas bacterias (patotipos), algunos de los cuales causan intoxicaciones alimentarias que puede llegar a ser mortales. Una de estas cepas virulentas de E. coli del serotipo O104: H4, causó un importante brote infeccioso en Alemania durante el año 2011, asociado a una alta prevalencia del síndrome hemolítico-urémico. Se trataba de una cepa de evolución reciente que hizo que se registrara el mayor índice de mortandad por E. coli de todos los tiempos.
Cuando las bacterias P. aeruginosa provocan infecciones crónicas de pulmón, como por ejemplo en pacientes de Fibrosis Quística o de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), significa que han sido capaces de formar una biopelícula madura in situ que les permite crecer y adaptarse.
El resultado, fruto de la colaboración entre investigadores del IBEC y del Georgia Institute of Technology, se publicó ayer en la prestigiosa revista Nature Cell Biology. El trabajo identifica el mecanismo mediante el cual la rigidez del tejido activa un importante oncogén llamado YAP.