El artículo también describe como él casi se ha convertido más en un entrenador de básquet que en un científico, el haber ganado recientemente el premio a la investigación de la Fundación Princesa de Girona, y cómo empezó a trabajar en el campo de los nanorobots en Tsukuba, Japón, concluyendo con su decisión de volver. «En España no ha habido respeto hacia la ciencia en los útlimos años, pero a pesar de la crisis, IBEC se ha establecido como un centro internacional de prestigio» dice Samuel.
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